El cineasta mexicano Guillermo del Toro regresó a la Ciudad de México para presentar una de sus obras más esperadas: su versión de Frankenstein. La proyección especial reunió a fanáticos, colegas y admiradores en una noche donde el cine, la emoción y la nostalgia se entrelazaron como en sus mejores películas.
Durante el evento, Del Toro habló con entusiasmo sobre este proyecto que le tomó años materializar. Explicó que su Frankenstein no busca repetir la historia clásica de Mary Shelley, sino explorar su lado más humano: el del monstruo que anhela ser comprendido y del creador que enfrenta las consecuencias de su ambición. “Para mí, es una historia sobre la soledad y el amor imposible, no sobre el horror”, comentó el director, fiel a su estilo de combinar lo fantástico con lo profundamente emotivo.
La cinta, producida por Netflix, cuenta con un elenco de primer nivel: Oscar Isaac, Mia Goth, Jacob Elordi y Christoph Waltz dan vida a los personajes de esta reinterpretación. Del Toro compartió que eligió cuidadosamente a cada actor, buscando transmitir “una conexión emocional más allá del maquillaje o los efectos”. Como en sus obras anteriores, el diseño visual es una pieza fundamental. Cada escenario, objeto y textura fue pensado para reflejar la dualidad entre belleza y monstruosidad, entre la creación y la destrucción.
El cineasta también habló sobre el proceso creativo detrás de la película, que combina técnicas tradicionales con tecnología moderna. “No me interesa hacer algo solo por espectáculo; quiero que el público sienta que este monstruo respira, sufre y ama”, explicó. Este enfoque refleja la esencia del trabajo de Del Toro: criaturas fantásticas que, en el fondo, revelan más humanidad que los propios humanos.
La presentación en la capital fue también un reencuentro con sus raíces. El público lo recibió con una ovación que evidenció el cariño que México le tiene. Muchos asistentes destacaron la sensibilidad del director para abordar temas universales desde una perspectiva personal, siempre con un toque de fantasía, poesía visual y profunda empatía.
Frankenstein de Guillermo del Toro promete ser más que una historia de terror: es una reflexión sobre la creación, la soledad y la necesidad de aceptación. Como en El laberinto del fauno o La forma del agua, el director vuelve a recordarnos que los monstruos no siempre son los que parecen, y que incluso en la oscuridad puede encontrarse belleza.