Durante la mañana de este martes miles de usuarios en México y en todo el mundo se quedaron atrapados en la misma duda: “¿Se cayó mi internet, mi computadora… o ChatGPT?” La situación escaló rápido porque no sólo falló el chatbot más usado del planeta: también dejaron de cargar páginas completas, servicios bancarios, apps y hasta redes sociales.

La realidad es que no era tu conexión ni tu equipo: todo apuntaba a una caída global de Cloudflare, una de las empresas más importantes en la infraestructura de internet. Sí, una parte enorme de la red depende de ellos, y cuando algo se rompe ahí… se siente en todos lados.

Según la información disponible, el incidente fue provocado por una falla interna en uno de sus sistemas de red, lo que generó interrupciones alrededor del mundo. En minutos empezaron los reportes: sitios que no cargaban, plataformas que arrojaban errores, y servicios como ChatGPT o X que simplemente no respondían. Para muchos, fue como regresar a una versión muy limitada del internet de hace años.

Mientras tanto, usuarios en México saturaron las redes preguntando qué estaba pasando, si se trataba de un ciberataque o si algún servicio local se había caído. Al final, la explicación fue más técnica que dramática: un error de configuración, pero en un punto tan crucial que afectó a miles de servicios al mismo tiempo.

La buena noticia es que el problema fue atendido relativamente rápido. Cloudflare confirmó que ya había aplicado las correcciones necesarias y que los servicios comenzarían a restablecerse de manera gradual. Y así fue: ChatGPT volvió a responder, las páginas dejaron de mostrar errores y las redes sociales regresaron a la normalidad.

Lo interesante aquí es algo que muchos pasaron por alto: qué tan dependiente es el mundo —incluyéndonos en México— de una sola empresa para que “internet funcione como siempre”. Basta una línea mal configurada, un parche que se aplica mal o un servidor crítico que se reinicia en el momento equivocado para que medio planeta sienta el impacto.

La caída también reavivó la conversación sobre la infraestructura digital y la necesidad de contar con redundancias, proveedores múltiples y planes de contingencia más robustos. Cada vez más servicios trabajan exclusivamente en la nube, lo que los hace muy eficientes, pero también extremadamente vulnerables a fallos de terceros.

¿Qué nos deja todo esto?
Que cuando no puedas usar ChatGPT, entrar a tu banco o abrir una página que usas a diario, tal vez no sea tu culpa… ni tu dispositivo. A veces, simplemente el internet global está teniendo un mal día.

Y tú, ¿qué estabas intentando hacer cuando dejó de funcionar?