Google dio a conocer AI Co-Scientist, una inteligencia artificial desarrollada con Gemini 2.0 que busca convertirse en aliada de los investigadores para impulsar nuevas hipótesis y experimentos científicos. La compañía la describe como una herramienta diseñada para acelerar el ritmo de los descubrimientos en distintas áreas, desde la ciencia básica hasta la biomedicina.
En la actualidad, los científicos enfrentan un reto: la cantidad de publicaciones científicas crece a tal velocidad que resulta difícil mantenerse al día. Encontrar conexiones entre estudios, detectar patrones o proponer nuevas líneas de investigación se ha vuelto una tarea abrumadora. Con esta IA, Google pretende ofrecer una especie de “copiloto científico” que colabore, pero sin reemplazar el juicio humano.
A diferencia de otras inteligencias artificiales que automatizan tareas, AI Co-Scientist está pensada como una asistente de investigación. Su función es ayudar a formular preguntas, proponer hipótesis comprobables y ofrecer resúmenes de la literatura científica relevante. Por ejemplo, un investigador podría pedirle ayuda para entender mejor cómo se propaga un microbio causante de enfermedades, y la IA sugeriría posibles enfoques experimentales para estudiarlo.
Además de procesar información, la herramienta permite interactuar en lenguaje natural. Los científicos pueden aportar sus propias ideas o comentarios sobre los resultados generados, creando un diálogo continuo entre el ser humano y la máquina. Según Google, esta colaboración se basa en un sistema de múltiples agentes impulsados por Gemini 2.0, capaces de replicar el razonamiento del método científico: analizar, planificar, ejecutar y refinar.
Otro punto clave es su capacidad de autocrítica. La empresa explicó que el sistema puede revisar sus propias hipótesis y mejorarlas de manera recursiva, utilizando herramientas de retroalimentación que lo ayudan a perfeccionar su trabajo. Esto le permite generar conocimientos nuevos y originales, adaptados a objetivos de investigación específicos.
De acuerdo con las pruebas internas de Google, AI Co-Scientist ha demostrado ser capaz de formular hipótesis novedosas y verificables en distintas áreas científicas y biomédicas, algunas ya validadas experimentalmente. Su potencial, aseguran, podría acelerar el avance de la ciencia al apoyar a los investigadores en retos complejos, especialmente en campos donde la información se multiplica día con día.
Por ahora, el acceso a esta tecnología se encuentra limitado. Los miembros del Programa de probadores de confianza de Google serán los primeros en experimentar con esta IA cocientífica, antes de que se evalúe su disponibilidad a mayor escala. Con esto, la compañía busca dar un paso más hacia una colaboración real entre la inteligencia humana y la artificial, un binomio que promete transformar la manera en que se genera el conocimiento científico.