La isleta del Lago de Chapultepec se transforma este Día de Muertos en un escenario donde la vida y la muerte se entrelazan a través de la danza. El Ballet Folklórico de México, bajo la dirección artística de Viviana Basanta, presenta el espectáculo En México la muerte está más viva que nunca, una puesta en escena que rinde tributo tanto a la tradición mexicana como a la memoria de Amalia Hernández, su fundadora, a 25 años de su fallecimiento.
“El lugar es mágico”, comenta Basanta. “Durante los ensayos, mientras estaba distraída, comenzaron a volar libélulas azules por todos lados. Sentí como si el lago nos acompañara”. Esa atmósfera mística envuelve un montaje que recorre distintas regiones y visiones del país sobre la muerte, en una función de casi dos horas donde más de 40 bailarines, músicos y coros reviven las raíces del folclor mexicano.
El espectáculo inicia con una coreografía inspirada en las deidades prehispánicas, como Chalchiuhtlicue, diosa del agua; Mictlantecuhtli, señor del inframundo; Quetzalcóatl, símbolo de la vida, y Huitzilopochtli, dios de la guerra. Luego, el público viaja a la Huasteca, donde el Día de Muertos se celebra como el Xantolo, y a Michoacán, con la danza purépecha que representa el ciclo de la vida: desde el arrullo de los niños hasta la danza de los viejitos.
Basanta también retoma el tema de La Bruja para Veracruz, con nuevos ritmos como el tilingo y una conga. Enseguida, La vida es fuego incorpora siete “muertecitas” de colores que simbolizan la energía vital. El recorrido continúa por Oaxaca, con guiños a La Llorona y al Jarabe mixteco, y culmina en una fiesta jalisciense que celebra la vida después de la muerte con mariachi y marimba en vivo.
“Queremos que el público entre en otro sentir, no sólo emotivo, sino ritual. Es una ofrenda escénica”, explica la directora. La imagen de la isleta, reflejada en el agua, duplica la experiencia visual: “parece que hay dos escenarios, uno terrenal y otro espiritual”.
El homenaje a Amalia Hernández también se extiende fuera del lago. La Universidad del Claustro de Sor Juana dedicó su Altar de Muertos 2025 a la coreógrafa y al Ballet Folklórico de México. En el auditorio Divino Narciso, los visitantes pueden ver una figura de doña Amalia hecha en cartonería, con una prenda original que solía usar al agradecer al público tras cada función. El altar fue realizado por estudiantes y artistas como Irving Mondragón, Pablo Marín y Armando Valdivieso, quienes recrearon escenas de ensayo, músicos y vestuarios típicos.
Además, el Museo de la Indumentaria Mexicana exhibirá desde el 4 de noviembre una muestra de 14 trajes alusivos a las danzas del país, ocho de ellos pertenecientes a la familia Hernández, incluidos dos huipiles personales de la bailarina.
En México la muerte está más viva que nunca se presenta del 30 de octubre al 8 de noviembre en la isleta del Lago de Chapultepec, mientras que el altar del Claustro permanecerá abierto hasta el 7 de noviembre. Una oportunidad perfecta para recordar que, en México, la muerte no se teme… se celebra bailando.