Cada año, el 16 de septiembre, México se viste de fiesta para conmemorar el inicio de su lucha por la independencia. Las plazas y calles se llenan de colores patrios y el ambiente se inunda de celebración. Sin embargo, a menudo olvidamos que esta fecha no marca el final, sino el comienzo de una larga batalla que culminaría once años después, en 1821. ¿Por qué entonces, la creencia popular tiende a confundir ambas fechas?
1. El Grito de Dolores: La madrugada del 16 de septiembre de 1810, el párroco Miguel Hidalgo, junto con otros insurgentes, llamó al pueblo a levantarse en armas contra la dominación española. Este acto, conocido como el Grito de Dolores, es lo que conmemoramos cada año.
2. Once Años de Lucha: Después de aquel llamado, México enfrentó una guerra que duraría más de una década, con altos y bajos, enfrentamientos, traiciones y héroes que surgieron en el camino.
3. 1821: La Verdadera Independencia: El 27 de septiembre de 1821, tras la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, se logra oficialmente la independencia del país. Aunque este acto selló la autonomía mexicana, ha quedado eclipsado por la emotividad y simbolismo del Grito.
4. Memoria Colectiva: La festividad y ceremonia del 15 de septiembre ha opacado, en parte, la significación de la consumación de la independencia. No obstante, es esencial recordar que la independencia de México es el resultado de años de esfuerzo y sacrificio.
Conocer y comprender nuestra historia es vital. Mientras el 16 de septiembre seguirá siendo una fecha de gran celebración, es importante educar y recordar que la verdadera libertad de México fue alcanzada en 1821.