De los tres países que compartirán la sede del Mundial 2026, Estados Unidos, Canadá y México, todo apunta a que el mayor beneficio turístico recaerá en territorio mexicano. Así lo considera Mario Veraldo, experto en logística que participó en la organización de Brasil 2014, quien asegura que el país está ante una oportunidad única para impulsar su reputación internacional y consolidarse como un destino de clase mundial.

México albergará el partido inaugural en el icónico Estadio Azteca ahora conocido como Banorte, un escenario que por sí solo atraerá la mirada global. A esto se suma su riqueza cultural, gastronómica y natural, que lo posiciona entre los destinos más atractivos del planeta. De acuerdo con Veraldo, la exposición turística y de consumo será enorme, no sólo durante el mes del torneo, sino también en los meses previos y posteriores.

“Muchos visitantes extenderán su estancia. Habrá un incremento notable en la demanda de servicios turísticos y comerciales, desde hoteles y restaurantes hasta transporte, compras y hasta servicios de belleza. Todo tendrá un impulso”, explicó el especialista.

Viendo atrás, Veraldo recuerda cómo Brasil aprovechó su Mundial en 2014 para modernizar su infraestructura y agilizar procesos en aeropuertos y aduanas. En el caso de México, considera que hay una base sólida para repetir esa historia de éxito, especialmente en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que cuenta con tecnología moderna y puede convertirse en un punto clave para el tránsito internacional.

El reto, dice, está en la logística: “Habrá una cantidad inédita de equipos, personal y aficionados viajando entre países. México tiene buena infraestructura portuaria, pero aún debe fortalecer la coordinación entre aeropuertos, aduanas y autoridades fiscales para estar a la altura de la demanda”.

Veraldo señala tres etapas esenciales para el éxito logístico del evento: primero, la creación o mejora de infraestructura; después, el impulso al consumo mediante la venta de productos relacionados con la Copa; y, finalmente, la gestión eficiente de la entrada y salida de personas y mercancías.

“El Mundial representa un pico de consumo sin precedentes. Todo cambia: el comercio, el turismo y la movilidad. Por eso la planeación es la clave para que México no sólo reciba al mundo, sino que deje una impresión duradera”, concluyó.